martes, 30 de octubre de 2007

¿Alcohol, drogas o combo?

Disculpen si me hago repetitiv@ pero hay cosas que me hacen hervir la sangre. :(

Me ha parecido oír este fin de semana que se ha hecho una prueba piloto en un par de provincias de España: A parte de la ya conocida prueba de alcoholemia, se hizo a algunos conductores, la prueba de la "drogolemia". Dicen que, aproximadamente, uno de cada diez daban positivo al test. O sea, que las carreteras tienen un 10% de conductores que conducen drogados. No hablemos de los bebidos, ni de los del "combo" o "bonus".

Pero claro, estos tests, digo yo, deben ser binarios y por lo tanto, no deben dar datos sobre cantidades, etc. O tomas drogas, o no las tomas. Si realmente, la justicia se pone dura (con perdón) tal como ha amenazado hacer, creo que a muchos se les ha acabado la fiesta. Porque claro, dejar de mezclar drogas, alcohol y volante para no matar a alguien, no lo harán. Ell@s controlan. Pero eso sí, por no pagar una multa, por no perder el carné o incluso por no ir a la cárcel, entonces, pueden hacer un esfuerzo. ¿Es eso lo único que entienden? Creo que sí, por desgracia.

Pues bien, lo siento mucho, señor@s, pero espero que se les haya acabado la fiesta. Y nunca mejor dicho. Porque esta gente (me muerdo la lengua) no sabe divertirse si sus cuatro neuronas no están tocadas por el alcohol o las drogas. Nada, que se queden en casita y a lo mejor hasta puede que lean algo interesante.

Apasarlobien. Cuídense.

domingo, 21 de octubre de 2007

ja-ja-ja-milton!!!

Disculpen el titular digno de un profesional de la prensa... ¿de qué color es la prensa deportiva? Porque, realmente no creo que en la facultad les hayan enseñado a hacer juegos de palabras tan logrados. Pero en fin, ese no es el tema de hoy.

El tema de hoy está relacionado con el circo, con el gran circo de la fórmula uno (F1). Sí, porque realmente es como un circo. Pero un circo donde todo parece mentira. Nada, nada parece verdad. O quizás sí. Quizás me equivoco y la F1 es un deporte. Yo siempre lo he dudado, pero viendo lo que dice la Real Academia Española de la Lengua, en su primera acepción, deporte es la actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas. ¿Actividad física?, bueeeeno, ¿juego?, no, ¿competición?, supongo que se refiere a los entrenamientos para la pole, porque la carrera es más bien puro "aburrimiento" (opino), ¿entrenamiento?, lo dicho, ¿normas?, bueno, supongo que se refiere a normas iguales para todos y todo eso. Pues la verdad, es que no se.

No entiendo mucho de F1, pero lo que sí tengo claro es lo siguiente:

1.- Si consigues la pole, ganas la carrera. Esta norma se rompe cuando tu compañero de equipo es el que opta al título. En ese caso, disimuladamente, debes dejarle pasar. Como por ejemplo, esta temporada lo hacían con Raikkonen y Alonso. O era sólo Raikkonen.

2.- Si tienes un coche mejor que el resto, ganas la carrera. Esta norma se rompe cuando pasas más rato en la hierba que en el asfalto. Claro, es un deporte que no está mucho por el tema del Medio Ambiente, y penaliza salir a la hierba. Es que es un poco faltar el respeto después del dineral que se gastan en alquitrán.

3.- Los aficionados a la F1 van, si son finlandeses, con Raikkonen, si son italianos, con Ferrari (este no es un piloto, sino una escudería), y si son españoles, con Alonso. Bueno, la verdad es que si son españoles, no van con Alonso, van contra Hamilton. Porque debemos reconocer que Hamilton ha conseguido poner de acuerdo a todos los españoles, cosa que no se conseguía desde... la verdad es que no recuerdo desde cuándo.

En fin, la verdad es que hoy los finlandeses deben estar borrachos (cosa que no sale de lo corriente) celebrando el regalo que les han hecho Hamilton, Alonso y especialmente Ron Dennis. Que bonito es dar sin esperar nada a cambio.

Kiitos!

jueves, 18 de octubre de 2007

¡Ah!, ¡Haber elegido muerte!

Dice un chiste (bastante absurdo, conste):

Va uno y le dice a otro: "¿Qué prefieres? ¿Susto o muerte?"
Y el otro contesta: "Susto"
A lo que el primero responde, gritando: "¡Uh!"
Y el amigo asustado, dice "¡Ui!, me has asustado"
Y el otro contesta "¡Ay!, ¡Haber elegido muerte!"

Permítanme un comentario más bien cortito al respecto. Es sencillamente algo que no alcanzo a entender. Espero no ser políticamente incorrecto. Nada más lejos de mi intención. Conste. Quizás alguien pueda aclarármelo. Se lo agradecería.

Verán, siempre he oído que en la cárcel se le hace la vida imposible a policías (o más bien, expolicías) y a violadores. Puedo comprender lo primero por la rabia acumulada de los "malos" hacia los "buenos". Pero lo segundo no lo veo claro. Parece ser que la razón por la que los violadores necesitan protección estando entre rejas, es porque el resto de reclusos tienen madres, hermanas, parejas e hijas. Y claro, podrían éstas ser objeto de una violación. Cosa que les debe aterrar.

Hasta aquí, puedo comprenderlo, porque realmente, es un acto terrible. Algo que seguro que no olvidas nunca. Pero, lo que no comprendo es que los que cumplen condena por asesinato, no séan tratados del mismo modo. ¿Y los culpables de violencia de género? ¿No matan y pegan estos a madres, hermanas, parejas e hijas?

¿Cuál es el ranking de maldad en la cárcel? No lo entiendo, disculpen. Insisto.

domingo, 14 de octubre de 2007

CINE: El orfanato (y no el horfanato)


¡Tranquil@s!, no voy a desvelar nada. Nada de nada. Ya saben que no soy amig@ de spoilers (Lo siento, spoilers). Pero, permítanme unos comentarios generales sobre la película. Unas sensaciones.

Primero, un desastre de cine. Sí, tranquil@s, desastre de cine, no de película. Cuando acaban los 20 minutos de anuncios (nota mental: hacer un día una entrada sobre el porqué de la existencia de estos en el cine), nos dejan la luz encendida. Cosa fantástica para ver una cinta de miedo/terror/tensión. Nos alargan la imagen. Nos la desenfocan y por si fuera poco, se va parando intermitentemente. Así, los tres primeros minutos de la película. Habiendo visto Death Proof, pueden pensar que está hecho adrede, pero creo que no. Seguro que no. Evidentemente, la gente empieza a silbar y a quejarse. ¡Qué desconsiderados! El pobre operario que seguro que entraba en la fase profunda del sueño va y se despierta. Eso sí, como venganza, de rebobinar nada. ¡Ale!, ahí la tenéis.

Bueno, como la gente tenía muchas ganas de verla, rápido nos olvidamos de lo sucedido. Paciencia y a disfrutar. O a sufrir, claro. Porque, ¿cuál es el objetivo de una película de este tipo? Sufrir, ¿no?

Si bien no me atrevo a opinar sobre otros tipos de arte o incluso de ciertos géneros cinematográficos, creo que he visto unas cuantas de miedo y puedo como mínimo, compararlas. El orfanato es la ópera prima de Juan Antonio Bayona. Supongo que ya saben que la protagonista es Belén Rueda, la cual hace un papelón. En mi opinión, muy creíble. Mucho. Y aunque puede recordar a otras películas del género, creo que la combinación de historia/tensión/sustos está muy bien conseguida.

Hacía tiempo que no veía a los espectadores de una película pasándolo tan mal. Quizás desde Armageddon, o quizás fue Independence day (no recuerdo cuál es posterior). ¡Sí señor! Chapeau al señor Bayona, que consigue lo que pretende: asustarnos, ponernos los pelos de punta, etc. Muchas gracias.

Conclusión: ¿Y si Bayona fuese un nuevo Amenabar? Sí, ¡por favor!

Nota: A (si te gusta que te asusten, claro. Si no, ni se te ocurra.)

lunes, 8 de octubre de 2007

Con trastes

Estuve la semana pasada en el país de la libertad. De la libertad de "quítense los zapatos, cinturón, cadenas, pulseras; saquen todos los aparatos electrónicos; depositen sus botellas de agua en la papelera; y por favor pasen a la derecha, que les registrarán". El país donde se te permite comprar un arma de fuego en un supermercado. Eso sí, conste que antes de entrar, firmas un papel por el que te comprometes a no atentar contra el presidente.

Me subo en el coche de alquiler y no soy capaz de arrancar. ¡Trata de arrancarlo, Carlos, trata de arrancarlo! Un compañero de parking me comenta que hay que pisar el freno para desbloquear el cambio automático.

Llego al hotel, aparco y, ¡vaya! la llave no sale del contacto. Llevo el coche hasta la puerta y lo dejo, con las llaves puestas y con miedo de que me lo roben. ¡Noche perfecta! La recepcionista, una mujer unos 30 años mayor que yo, me explica que hay que hacer presión con la llave hacia el contacto para liberarla. Gracias. Creo que tengo bastante. Me voy a dormir. ¡Ah!, descubro una última cosa: En este coche, el freno de mano, se activa con el pie. Poético, ¿eh?

A partir de aquí, poco queda por contar: gran cama, grandes desayunos, gran congreso (4 días, ni más ni menos), grandes comidas, grandes calles, grandes platos, grandes precios, grandes personas, personas grandes,...

jueves, 4 de octubre de 2007

CINE: En la ciudad de Sylvia


Aunque posiblemente prescindible, esta es una película diferente. Y como casi todo lo diferente, llama la atención. Llama tanto la atención que nada más acabar, la mitad de los espectadores salieron medio corriendo medio indignados. ¡Vaya caras! Pero, ¿por que?

José Luis Guerín me enamoraba hace seis años con En construcción, película/documental que mostraba pequeñas historias reales alrededor de la reconstrucción del barrio barcelonés del Rabal. Lo especial de esta película era, como he dicho, que dichas historias eran reales (no de realeza, sino de realidad). Si no la han visto, no lo duden, ¡háganlo!, por favor.

Seis años después, ni más ni menos, el bueno de José Luis nos regala una película con aproximadamente unos cuatro diálogos. No está mal, seis años para un guión de cuatro diálogos (o quizás eran tres, sin exagerar). Esto es lo que indigna a la gente. El problema de una película tan poco explícita es que requiere imaginación. Y eso creo que es lo que pretende Guerín.

Si en En construcción nos sentíamos un poco testigos de lo que le sucedía a unas cuantas personas, en En la ciudad de Sylvia, yendo más allá, es inevitable sentirse un voyeur. Así pues, te introduces en la mente del protagonista y no dejas de observar, mirar, espiar, etc. Bueno, creo que si sigo escribiendo la voy a explicar entera, que no es difícil.

Conclusión: A aquell@s que decidan ir a verla, tendrán una orgía de imágenes y sonidos. Vayan a disfrutar de algo distinto, no de un guión, no de una película. Más bien, de una experiencia. Luego, juzguen.

Nota: B (porque no existe A-)