miércoles, 15 de septiembre de 2010

LIBRO: L'inici del capvespre


Odio repetirme. Y lo que es más: odio empezar un post con la palabra "odio". Terrible. Pido disculpas. Pero en fin, lo digo de nuevo: nada mejor que leer un libro o ver una película sin ningún tipo de expectativa previa. Ni buena, ni mala. Solos el libro y tú, tú y el libro. Y es ahí cuando se disfruta de una historia, cuando uno puede llegar a sentirse parte de ella. Y la historia de Pep Baltà es, a mi entender, una de esas historias.

El libro habla de unas pocas personas que mediante sus interacciones construyen la historia de su protagonista. Pep descubre que por mucho que intentemos engañar al diablo (o a la suerte (o a la mala suerte)) , nunca tenemos el control que nos gustaría sobre nuestra propia vida. Y cuando caemos, no tenemos más remedio que mirar a nuestro lado y ver a dónde agarrarnos para seguir adelante.

Los personajes, muy bien dibujados, se entrecruzan, para ir formando un libro coral (pero sin engaño alguno, procsilas). El tiempo va y viene en el libro, como Pep, que sube y baja sin parar, sin descanso, sin rendirse. L'inici del capvespre es la historia de un luchador a priori derrotado.

No puedo ocultar, eso sí, que el primer capítulo (como me pasa igualmente al leer a García Márquez) me perdió al principio. Supongo que mi poca capacidad de retención de personajes, relaciones y situaciones puede ser el culpable. Pero eso me permitió, hacia los tres cuartos de libro, revisitarlo para, una vez familiarizado con toda la familia, comprenderlo y saborearlo plenamente. Así pues, por si acaso, entono el mea culpa y me vuelvo a identificar claramente, como saben bien los que me conocen, con el protagonista de Memento.

Conclusión: Tres cosas hay en la vida: Salud, salud y salud. Y por lo demás, ya lucharemos.

Nota: A- (Esos primeros capítulos que me matan...)

viernes, 3 de septiembre de 2010

¿El huevo, la gallina o el gato?

Yo soy un teórico. Conste. Eso sí, un poco científico. Y a veces, no voy a negarlo, no puedo evitar intentar ir un poco más allá. O como mínimo, lo intento.
Esta entrada combina dos "leyes naturales": Por un lado aquella que dice que "los gatos siempre caen de pie", y por otro, aquella de "las tostadas siempre caen por el lado de la mantequilla". Alguien ya se preguntó, y si no me equivoco, experimentó, sobre la posibilidad de atar una tostada a la espalda de un gato, y lanzarlo al aire. Me imagino el resultado.
Mi experimento creo que puede superar a este: "¿Qué pasaría si atásemos un gato a la espalda de otro gato y los lanzásemos al aire?" (a parte de los arañazos que nos llevaríamos, claro)

En fin, ahí lo dejo. No piensen mucho. Bueno, sí, mejor piensen, y sobre todo, no vean la televisión.