Y digo yo que si pagamos a la SGAE cada vez que compramos un CD "grabarble" (o "regrabable"), una memoria USB, o un disco duro, ¿por qué no pagamos a Tous o a Dolce & Gabanna cuando compramos un trozo de tela, de plástico, o de hilo?
Me recuerda esto a un libro (y conste que no tengo muy claro el por qué) que leí en mis tiempos de colegio: "I un dia serà demà" (algo así como "Mañana serà otro día"). Allí, la sociedad había llegado a un punto en el que la producción es totalmente automática, y las personas sólo deben dedicarse a consumir.
Supongo que el calor me afecta... Disculpen...
martes, 24 de agosto de 2010
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