jueves, 17 de abril de 2008

¿Es la eutanasia un derecho?


Cuando era joven, uno de los debates más comunes en clase era "Sí o no a la eutanasia". Supongo que la respuesta a esta pregunta tiene más relación con las circunstancias que consideras que no con las mismas consecuencias. De hecho, algunos miden su decisión a partir de las primeras (dignidad, dolor, imposibilidad de recuperarse, etc.) mientras que otros se decantan por las segundas (asesinato, suicidio asistido, etc.)

Hacía tiempo que no me lo planteaba. Aunque por desgracia, no tanto, no creáis. Pero en este caso la idea me vino a partir de algo ligeramente diferente (o diferenciado). Unos vecinos (muy muy muy buena gente) tienen un perro (el bueno de Harry) al cual le ha picado un mosquito que le ha pasado la Leishmaniosis canina. Esta enfermedad afecta órganos vitales y si no se trata a tiempo, mata al animal. En caso que sí que se reaccione rápidamente, hay un tratamiento que se tendrá que administrar TODA LA VIDA. Casi nada. Bueno, casi todo, porque la alternativa es peor. Y la alternativa a la alternativa, peor todavía: el sacrificio. O mejor dicho, la eutanasia. Porque no es un sacrificio, ¿no?

No voy a meterme en cuestiones morales, pero no puedo evitar preguntarme "¿Por qué los animales tienen "derecho" a la eutanasia y los humanos, no?" O quizás, la pregunta esté mal hecha y lo que hacemos es correcto, porque ni los animales, ni los humanos tienen derecho a decidir. Unos por ley, y los otros porque ya hay quien decide por ellos.

Harry, mejora por favor.

PD. Para aquellos que tengan perros y hayan quedado un poco intranquilos, hay collares que ahuyentan a estos mosquitos.

miércoles, 9 de abril de 2008

CINE: Pozos de ambición (There will be blood)


Una vez más, la traducción de un fantástico título en inglés al castellano es pésima. En este caso, lo peor de la película. ¿Por qué? No podrían haberlo traducido como "Habrá sangre", o mejor incluso, "Correrá la sangre". Ya que tenemos una expresión para ello, usémosla. Pero quizás suene demasiado violento, ¿no? Pues bien, seguro que los traductores de títulos tienen mejor criterio el señor Paul Thomas Anderson, que ha dirigido grandes películas como Boogie nights, Magnolia o Punch-drunk love. O no.

Si el señor Anderson es un directorazo, Daniel Day-Lewis, estarán de acuerdo conmigo que es un actorazo. Así que, si encima, la historia tiene gancho y el resto de actores acompañan, el entretenimiento está asegurado. Sólo un pero: sus 158 minutos. Riesgo para impacientes y para aquellos de sueño fácil. Pero vale la pena el esfuerzo.

La película muestra la historia de dos personas: un ambicioso perforador petrolífero, que comienza desde cero y consigue triunfar, y el joven ambicioso predicador del pueblo donde perfora el primero. Así, la película nos habla de la ambición, de lo que podemos llegar a hacer en favor de ésta y de las consecuencias finales que nos puede traer. Hasta aquí puedo leer.

Conclusión: ¡Correrá la sangre!

Nota: A (muy recomendable, si se puede evitar, no en sesión matinal)

martes, 1 de abril de 2008

Las cosas claras

Efectivamente, no hay nada peor que un cliente enfadado. Aunque no tenga razón, se arma de ella. Y para muestra un botón.

Leo hoy en el periódico "Clickair dejó en tierra en El Prat a 340 pasajeros por no cambiar algunos de sus vuelos al horario de verano". Sí, hubo gente que cuando llegó a facturar, fue informada de que su vuelo ya había salido. Llegaba una hora tarde.

Paso una página y veo un anuncio a toda página que dice "La primera compañía aerea catalana vuela con puntualidad británica".

¿De qué se quejan pues? Más claro el agua, ¿no?