domingo, 27 de noviembre de 2011

La pequeña gran traición de los Pin&Pon

Hoy me he acordado de aquella frase (imaginada por William Shakespeare) que recitaba el dictador Julio César: "Tu quoque, Brute, fili mi" ( también, Bruto, hijo mío) tras su traición. Y no es que el mundo de Pin&Pon fuese sostenible, justo, solidario hasta ahora. No. Es porque hoy he visto el anuncio y me ha entrado un repelús al imaginar a los niños jugando con "el centro comercial de los Pin&Pon". Ya tenían el hotel, la casa, la caravana, el vestidor, la mascota, etc. Pero ¿¡¿el centro comercial?!? ¡Y con su tarjetita de crédito!


Pero vamos a ver. Si es que ¡es normal que seamos una sociedad mema! Con perdón. ¿Porqué no les regalamos a los niños "el banco de Pin&Pon"? donde te ofrecen una hipoteca trampa y cuando tu tarjetita de crédito ya no tiene fondos, viene un señor con corbata y te deshaucia de tu casita de los Pin&Pon. O si no, les podemos regalar "el parlamento de Pin&Pon", donde los muñequitos básicamente se rascan los... mientras los del "banco de Pin&Pon" les van enviando dinero para que les dejen a sus anchas. Y claro, sería necesario también "el contenedor" de los Pin&Pon, donde el niño puede ir a recoger de la basura lo que pueda para comer cuando se haya quedado sin casa y sin trabajo.


En fin, la verdad es que creo que eran menos violentos mis madelmans, que aunque parecía que tenían mucha mala leche, no me estaban preparando para que no fallase a lo que la sociedad (no se qué poner aquí, perdón. Lo dejaré en impersonal) se esperaba de mi. Porque al fin y al cabo, ni fui submarinista, ni de las COEs, ni bombero.


En fin, yo no voy a regalar "el centro comercial" de Pin&Pon a ningún niño (si tuviese hijos y me presionasen poniendo esos ojos del gato con botas de Shreck, tampoco, conste). ¿Lo harán ustedes? No me hagan citar de nuevo a Julio César, por favor.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Una sospecha: Los políticos...o los votantes

Hoy lo tuiteaba pero creo que el tema necesita unos cuantos caracteres extras.

Viendo lo que ha pasado en Italia y Grecia con los nuevos gobiernos anti-crisis, y lo que decía el señor Rubalcaba sobre los tecnócratas me surgía una sospecha. Los políticos nos gobiernan. Algunos mejor, otros peor. En general, más mal que bien, seamos sinceros. Y para muestra un botón: No niego que Zapatero tuviese buenas intenciones, pero claro, yo cuando juego los viernes a fútbol con mis amiguetes, también tengo buenas intenciones...

La cuestión es que los políticos, en tiempos de bonanza, sean de derechas o de izquierdas, básicamente lo que hacen es todo aquello que pueda generar riqueza a corto plazo (visión muy miope que penaliza investigación, innovación, etc.), para el país, pero sin olvidarse a ellos mismos y, claro, a los amiguetes que les han llevado a gobernar. Es de bien parido ser agradecido. A partir de aquí, los que gobiernan sólo piensan en cómo seguir gobernando la próxima legislatura: obras inauguradas meses antes de las elecciones, liberalización del suelo para que la juventud deje los estudios y se dedique a poner ladrillos, que se paga muy bien, y si es necesario decir alguna que otra mentirijilla (que si son sólo unos hilillos de plastilina; que si ha sido Al Qaeda y no ETA; que si no fue sexo, que sólo fue una mamadilla; que si los trajes me los pago yo; que si España no está en crisis, que son todos los demás...) Mientras tanto, los que no gobiernan, piensan en cómo y cuándo poner la pierna para hacer tropezar y caer al otro, y así poder ocupar su silla. En fin, supongo que en Ciencias Políticas hay alguna asignatura sobre "Cómo engañar al votante mientras le miras a los ojos". Sí, ésta debe ser de la misma rama que "Prensa rosa y fútbol: Los nuevos opios del pueblo" o bien las deportivas "Zancadillas", "Zancadillas avanzadas" y "Piscinazos para políticos".

En fin, lo peor es que (lo comentaba hoy con procsilas) el/la ministr@ de economía no sea economista, o el/la de defensa no sea... no se... karateka! No se, es brutal ver por la Moncloa a gente como el señor Corbacho, cuyos estudios, como diría Chiquito de la Calzada no son más que una etiqueta de Anís del Mono. Pero ¿cómo es posible que este hombre sea Ministro de Trabajo e Inmigración? Bueno, supongo que al ser inmigrante (nació en Badajoz y emigró a Barcelona) ya convalida. En fin, supongo que es buena gente y tiene amiguetes en el PSC-PSOE.

Y claro, ahora, como vienen mal dadas, en Italia y Grecia ¿qué hacen? Pues corren a buscar a tecnócratas. Sí, buscan expertos, gente que entienda de los temas relacionados con gobernar. ¡Vaya! pero si yo pensaba que esos eran los políticos. Pues no, los que saben cómo llevar la economía, la inmigración, la defensa, etc. son unos tíos que trabajan en ello y que no cobran por pelearse por unas sillas en el Parlamento. No son los que se dedican cuatro años a intentar conseguir cuatro años más para ir a por los cuatro siguientes. Los cuatreros, vamos. Es que el nombre les viene que ni pintado.

Pero entonces, si cuando las cosas no van bien, los políticos no son capaces de arreglarlo, ¿no les genera esto una sospecha? A mi, personalmente sí que me la genera: Los votantes, ¡igual somos gilipollas!

miércoles, 16 de noviembre de 2011

CINE: Mientras duermes

Jaume Balagueró nos sorprende con su nueva película. Básicamente, porque no parece que sea una película suya.Lo curioso es que eso, en este caso es bueno. "Mientras duermes" es una buena película, una película que muestra el bien y el mal, representados en los protagonistas, y los enfrenta. Además, juega con el espectador, que se identifica, casi sin querer, con César, el portero, y no con la dulce vecinita.

Película que realmente vale la pena ver, por la metamorfosis de Balagueró, así como por la siempre grande actuación de Tosar, bien acompañado por el resto del reparto.

Conclusión: Cuidado con quien vives

Nota: B

martes, 8 de noviembre de 2011

CINE: La piel que habito

En esta película, Almodovar nos presenta una combinación de imágenes con sensaciones (o emociones), imágenes que a veces confunden realidad e hiperrealidad. Sólo por esto, vale la pena ver la película. Además, tanto actores como el modo en que el director narra, así como el control del tempo son muy buenos. Pero lo más curioso es que, aun teniendo en cuenta todo lo anterior, no me parece una película de Almodovar. No diré nada más, por si acaso.

Conclusión: Lo que nos rodea está más cerca de lo que pensamos.

Nota: B (casi A, pero ha hecho mejores)