miércoles, 21 de febrero de 2007

¿A qué huelen las nubes?

Sin ser un estudioso de la poesía ni de la filosofía, me atrevo de tanto en cuanto, sin prepotencia ni pretensión alguna, conste, a buscar colores a las palabras, a los conceptos. Las hay fáciles y las hay no tanto, las que vienen dadas y las que requieren de subjetividad, imaginación, atrevimiento.

Permítanme un inciso, que si no, se me olvida: Algo parecido a esto que comento me pasó años atrás, pero en ese caso, en vez de con colores, con el género de las palabras. Participé activamente en una discusión (internacional) sobre si una mesa, una bicicleta o un teléfono debían ser palabras masculinas o femeninas. Dentro de lo absurdo de la situación, lo mejor de ésta, claramente era la cara del contertulio británico, ya que el alemán y yo teníamos bastante claro qué defender, mientras que éste se enfrentaba claramente a algo nuevo, que no por eso absurdo. O sí. Pero, realmente, las palabras ¿necesitan el sexo? Y yo que creía que lo de los sexos estaba directamente relacionado con la reproducción. Y claro, para dicho objetivo, se necesita un componente de cada. En cambio, las palabras no funcionan así: si juntas artículo, sustantivo y adjetivo, ¡que sean del mismo sexo! En fin, quizás al final, el que tenía razón era el británico, pero en fin, este no es el tema de hoy.

A ver si soy capaz de volver a donde estaba. Me disperso con suma facilidad. ¡Ah!, sí, palabras fáciles de colorear serían: vergüenza, rabia, mar, muerte, soledad, etc., aunque siempre podríamos divergir, evidentemente. Pero estoy seguro que mayoritariamente coincidiríamos, muy probablemente, influidos por nuestra cultura. Bueno, siempre habría alguien con distinto punto de vista. Sin duda, Neruda lo tendría en casi todos los casos.

Por otro lado, tenemos las que, aunque nos las hayan vendido, yo personalmente, no las puedo hacer mías, lo siento. Así pues, amor no puede ser rosa, por favor. Y conste que me gusta el color rosa. En todo caso, aceptaría rojo, o incluso púrpura, pero no rosa.

Finalmente, hay palabras que tienen un color para cada persona, porque dependen de asociaciones muy complejas. O muy simples. De nuestras vidas. De nuestras experiencias. Para mi, amor es amarillo, un amarillo intenso; amistad es rosa, un rosa mármol; y vida, blanca, muy, muy blanca. Por que en el blanco están todos los colores y vida contiene todas las palabras, y por lo tanto, todos los colores.

En fin, como dijo aquel filósofo, pienso luego existo. Lo que no dijo es que teníamos que pensar en cosas interesantes y con sentido. Así que disculpen el tostón.

Sólo por curiosidad, para usted, ¿De qué color es amor? ¿Y amistad? ¿Y yo? ¿Y ayuda? ¿Y opinión? Opinión, no se de qué color será, pero aquí, como mínimo es gratis. Sírvase usted mism@.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

El color es una percepción sensorial totalmente subjetiva, en la que influye en gran manera la psicologia de cada uno, incluso el ambiente, y el periodo temporal, una de las razones por lo que normalmente va asociado a la moda.

Además cada color puede tener diferentes conotaciones segun la cultura, periodo historico, o el humor que tenga cada uno. Desde uno de esas pseudociencas de la salud como la colorterapia podrian decir algo sobre el tema.

Y un componente influyente es la psicologia o incluso, enlazando con el otro tema, con el sexo:
- Evidentemente es más propenso el rosa en el amor a las mujeres. Aunque los gays parecen tener tambien interes en el, de hecho lo utilizan como estandarte.

Y la psicologia juega un caracter importante, por ejemplo, yo asocio el color negro a la alegria (ummhh ... algún psicologo podria tener trabajo aqui ;-) ).

Unknown dijo...

Bueno, a ver dónde están esas mujeres que me confirmen que NO ven amor color rosa.

Lo de alegría color negro es más que curioso. Muy curioso. Te gusta Tim Burton, ¿verdad? Lo que es más, por las noches, ¿te disfrazas de murciélago y vas por las calles liberando la ciudad de criminales?

Anónimo dijo...

Dicen algunos que el amarillo simboliza la luz del sol, por lo que lo asociamos con cosas que nos dan alegria y energía y nos hacen felices. No es que uno quiera psicoanalizarte, pero parece que en estos momentos de tu vida asocias amor con sensaciones tremendamente positivas...

Yo diría que el amor va cambiando de color: primero es amarillo o rojo intenso, luego pasa a rosa tenúe y se va transformando en blanco, el blanco se va oscureciendo a gris y, finalmente, acaba siendo negro.

Unknown dijo...

Tanto el análisis que me regalas como tu visión del amor, debo reconocer que son muy interesantes. Solo espero que los cambios de color que propones no se den mucha prisa.

[Lástima que no hayas escrito tu alias. Por que espero que no seas conocido como anonymous.] ;)

Anónimo dijo...

Negro: ausencia de color. La verdad no creo que el amor llege a ser negro... si llegara a ser negro es por que nunca fue amor.

Unknown dijo...

Bueno, dicen que del amor al odio sólo hay un paso. Para mi el odio es negro. Estoy de acuerdo con caramelo, si hubo amor de verdad, siempre existirá un cierto color, por mucho que se difumine, o apague.

Anónimo dijo...

Cierto, si ha existido amor, siempre quedará color alguno, no puede ser negro. Por ejemplo, el color caca, que diga...fango.

Y es que si el negro es la ausencia de color, también ha de ser la falta de un pensamiento o sentimiento...y hay cosas que no se pueden, simplemente, olvidar, para bien o para mal.