lunes, 21 de mayo de 2007

Nudismo: Yo (segunda parte)

Es curioso y primordial, a veces, intentar frenar, en esto que llamamos vida, e intentar auto-observarnos. Para ello, hay que alejarse mucho, muchísimo, porque si no, nos salpica nuestro propio yo, y no sirve el análisis. Hay que tirarlo.

A mí, me gusta hacerlo, y lo cierto es que no me defraudo, normalmente. Disculpen mi poca modestia pero no creo que esté mal que lo diga, en este, mi diario blog. Aun así, otras veces, lo hago sobre otr@s, cosa mucho más sencilla, ya que no oigo sus pensamientos, sus deseos, sus odios, sus ell@s. Casi trivial, vamos. Un poco de silencio (eso es fácil) y un poco de saber escuchar y ver (eso, no tanto).

Estas últimas semanas he visto gente que quiero, sufriendo. Por unas cosas u otras. Pero también he visto el pragmatismo (bien aplicado) y el saber ver las cosas desde diferentes puntos de vista. Y he visto que aunque cueste, a veces, añadir al negro de la realidad un poco de blanco de optimismo, un mucho de amarillo de las personas que te quieren, y un toquecito de azul claro (no verde) de esperanza, te permite ver el presente con ilusión. Y del futuro, ya hablaremos cuando se haga presente, ¿no?

Un abrazo para Sonia, Mercè y Jordi. ¡Adelante!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues yo creo que es justamente al reves. Es muy facil verte, observarte, analizarte, ya que tienes acceso a todos tus pensamientos, sentimentos, sensaciones, reacciones...
En cambio, entender a otros siempre cuesta. No sabes que piensan, como se sienten, porque escogen decirte una palabra y no otra, como ven ellos el mundo, que les importa de verdad, etc. Puedes pasarte toda una vida al lado de alguien y no llegar a conocerlo. Piensatelo!!!

Unknown dijo...

Bueno, ahse, desde el punto de vista del conocimiento interior, puede parecer que cuanta más información, más aproximación.

Pero a la hora de interpretar comportamientos creo que muchas veces nos engañamos a nosotros mismos dando o quitando razones. Nuestra visión de nosotros, en mi opinión, es claramente distorsionada. Esto puede ser adrede o no, pero difícilmente es objetiva. Tanto para bueno como para malo.

En fin, lo bueno de la filosofía es que no es exacta, como las matemáticas. ;)

Anónimo dijo...

Depende de lo que tu entiendes por "distorsionado". En el fondo, la unica realidad que tenemos es la de nuestros interiores. Sabes el famoso "cogito ergo sum", no?

Anónimo dijo...

Tener acceso a unos datos no implica facilidad para analizarlos, ya sea en cuestión de sentimientos o si tal producto engorda.

Y es que eso de que es trivial conocerse a si mismo no siempre está tan claro...El ser humano tiene una capacidad casi ilimitada para autojustificar sus propias acciones de la manera que le resulten más placenteras. Esta autojustificación es una distorsión y una contradicción en tus datos. Mi evidencia púramente anecdótica me muestra que no todo el mundo es capaz de gestionar satisfactoriamente dichas contradicciones.

Por otra parte, si bien es cierto que la única realidad que existe para uno es la que podemos percibir en nuestro interior...no deja de ser curioso que muchas veces esta cambia a lo largo de nuestra vida. ¿Entonces, que cambia realmente, el sujeto o la percepción? Vete tú a saber...

Anónimo dijo...

Querer conocerte o no querer conocerte, vete tu a saber :-P

Con el tiempo, todos los sujetos cambiamos. Por tanto, la percepcion cambia con nosotros tambien. No me parece nada del otro mundo, aunque segun el sujeto, puede llegar a serlo. jajaja