No se si os habéis fijado, pero cada vez escribimos peor. Nos toca vivir un momento en que podemos comunicarnos, opinar, mostrarnos al resto del mundo con absoluta facilidad. Tenemos blogs, foros,
chats, y un largo etcétera de recursos para expresar lo que pensamos y lo que somos. Y, si bien el fondo es muy importante, la forma es fundamental. Y estamos olvidándola.
Yo no soy precisamente de letras. Más bien, todo lo contrario. Cuando leo algo bien escrito, bien ordenado, bien estructurado, me imagino a alguien capaz de ordenar sus ideas y de transmitirlas. Cuando leo un escrito con faltas graves, que no estructura o que no se hace entender, me dan ganas de decirle: "Por favor, vuelve a leer lo que has escrito, pásale un corrector ortográfico y estructúralo". Pero claro, curiosamente, en la época de las "oportunidades comunicativas", da la impresión que no entendemos que a veces nos aporta más escuchar, leer y mejorar, que escribir sin ton ni son.
Así, si para enviar un SMS, dadas las prisas, la incomodidad del teclado, y el espacio limitado, está bien comprimir la información usando k's por ejemplo, cuando escribimos un currículo, ninguno de nosotros va a usar ese registro. Las prisas no son buenas consejeras cuando queremos expresar lo que pensamos. Por que lo que pensamos es lo que somos. E igual que cuando queremos mostrar nuestro exterior, lo arreglamos al máximo, a la hora de mostrar nuestro interior, debemos hacer un esfuerzo por cuidarlo. Porque lo que importa es el interior, ¿no?
Una cosa más: Si alguien se ha dado por aludido o aludida, quizás ese sea el primer paso para mejorar. Conste, eso sí, que los lectores "habituales" de este blog escriben bastante bien (y no es peloteo), gracias a Dios. Bueno, gracias a su esfuerzo, en este caso. Esfuerzo que cada vez más gente está menos dispuesta a hacer. ¡Tengo miedo!