Ayer, por primera vez en mi vida (que yo recuerde) entré en un casino. La organización del congreso en el que estoy estos días nos invitó a acceder a éste y tomar una copa.
En la entrada tuve que dar mi documentación, la cual fotocopiaron. A parte, me fotografiaron (aunque normalmente me quito las gafas cuando me hacen una foto, éste no fue el caso). Una vez fichado, me pidieron que entrase.
La verdad es que no era nada del otro mundo: unas cuantas máquinas tragaperras, las cuales todos deberíamos saber ya que tienen más que ver con "tragar perras" (o euros, en este caso), que con el azar. De hecho, la secuencia de reparto de premios (y no premios) está programada y por lo tanto, no existe más suerte que llegar en el momento que toca. ¿Por qué está la secuencia preprogramada y no depende del azar? Pues está claro: para que gane la máquina siempre. Los negocios no se pueden dejar al azar.
A parte había una ruleta con exactamente cero jugadores, por lo que la bola no rodaba, aunque había un hombre-pingüino preparado para lanzar. Al lado una pantalla que mostraba las últimas 20 jugadas, aproximadamente. Curiosamente, los últimos números negros agraciados eran 10, 11, 20, 22, y 33 (no en este orden). Un amante de los números vería claramente que el próximo número en salir era el 30. No fue así, por supuesto. Yo hubiese apostado si la apuesta mínima no hubiese sido dos euros y medio. ¡Por favor! Por dos euros y medio me como un bocadillo de bacon caliente.
Finalmente, un par de mesas (una vacía) dedicadas al blackjack o 21-blackjack o como se llame. No domino del tema, así que no se exactamente a lo que jugaban.
En fin, tras ver las opciones, comprobé mis bolsillos: un euro veinticinco. Me pasé por la barra. Recogí el cocktel gratuíto. Me lo bebí, y me fui a dormir. Otra vez será.
jueves, 24 de septiembre de 2009
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18 comentarios:
Pregunta existencial. ¿Os pagan putas también en los congresos estos?
E.
¡Nunca! En España no se dedica suficiente dinero a la ciencia.
Se las llevan todas los médicos. O eso he oído, claro... :D
¿Y en congresos internacionales?
http://www.youtube.com/watch?v=VceCCKZwCDo
yo prefiero no saberlo, con una pareja que está cada dos por tres de viaje y de congresos :-(
ojos que no ven, corazón que no siente, que dicen.
Aunque espero que los recursos dedicados a la ciencia en todo el mundo estén vigilados!
Es que por eso lo digo, amiga Arya. Que el mío tb es de ciencias...
Tranquilas, que con el poco dinero que hay...
Creo que el tema putas es más corriente en congresos de tipo empresarial. Ya se sabe: llevar a los directivos de tal empresa de fiesta para que mañana no regateen tanto a la hora de firmar el contrato...
Estoy casi segura de que lo más que hace mi chico es ir a un karaoke o a una sala de maquinitas a probar la máquina de bailar...si es un cielo, madre, como puedo pensar cosas feas de él!!! ainssssssssss...
:D
no lo dudes, arya, es un solete.
Pues yo he dejado a mi novio. Y ahora estoy con otro que me hace reír. Porque en la vida es muy importante reír. Ahora sé lo que es amor.
Modo esperanzador activado.
Eva.
Me alegro por ti, Eva. Si es que la vida sin la risa no es vida, ¿no?
Una amiga que ya tiene sus años siempre dice que para compartir tu vida escojas un hombre con el que te apetezca conversar, que te haga reir y al que te guste explicar tus cosas. Es lo que hará cualquier pareja a medida que pasan los años (con sus ratillos intensos de sexo, of course)
creo que esta vez acerté ;-)
¿acertaste por el intenso sexo? ;D
eso de intenso no es sinónimo de corto, ehhhhhhhhhh???? que conste!!! son intensos y extensos a la vez!!!
no hace falta que le defiendas! :)
Pues este tío me hace vibrar, reir, me quiere y es la bomba así al 100x100. No pude hacer nada mejor en mi vida. ¡Dejen a sus parejas si no les llena, coño! Aunque sea para estar solos... pero nada de soportar tonterías a alguien que sólo te hace daño y te hace pensar que eres un 0 a la izquierda. :))
Eva.
amén!
Di que si, Eva. La primera obligación es querernos a nosotros mismos. Si no lo hacemos, permitimos que nos manipulen, que nos humillen, que nos aburran. Sólo cuando te quieres tú, eres capaz de querer a otro de verdad.
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