sábado, 28 de abril de 2007

1 + 1 = 1,5

Espero con esta entrada no dar una impresión equivocada, espero.

Normalmente, los conceptos contrapuestos, surgen naturalmente (e.g. blanco-negro, alto-bajo, rico-pobre, etc.). Existen (por parejas) al mismo tiempo, y en cierto modo, deben su existencia a dicha dualidad. Pero a veces, surgen conceptos separados temporalmente, que lingüísticamente no forman pareja. Un claro ejemplo es el machismo-feminismo.

Debido a razones histórico-socio-culturales, hasta hace poco, la mujer no ha entrado (plenamente) en el mundo laboral. Actualmente, para conseguir lo que se llama igualdad, en muchos ámbitos se aplica la paridad (i.e. igualdad de las cosas entre sí).
Esto es, en caso que para conseguir un cierto objetivo (e.g. gobernar, dirigir, trabajar en un determinado ámbito, etc.) se necesite un número de personas determinado, se asegurará que haya un balance de porcentajes aproximado, hombres-mujeres o mujeres-hombres.

Esto está muy bien, siempre y cuando el nivel competencial de cualquiera de las personas a elegir sea el mismo, pero pervierte el sistema cuando la razón por la que alguien alcanza un puesto es su sexo. Creo que todos hemos visto eso en algunos de los ministerios de nuestros estados, cuando han puesto a un/a incompetente al cargo de una cartera para conservar la dichosa paridad.

Pero hace unos días esto llegó al límite. A un límite, ciertamente cómico. Me comentaba un amigo que para presentar una lista electoral a las elecciones (da igual cuales), el partido feminista se veía obligado a incluir en su lista un 50% de hombres. Yo no digo que los hombres no puedan ser feministas, pero nunca en el nivel de competencia que lo puede ser una mujer.

Además, si se aplica la paridad a la dupla hombre-mujer, porqué no se aplica a guapo-feo, alto-bajo, blanco-negro-asiático-... Pues está claro, como decía un expresidente de mi país, "Ahora no toca".

8 comentarios:

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

La mayoría de reclamaciones sobre paridades básicamente se reducen a un colectivo diciendo "Queremos nuestra parte del pastel". Bueno, todo el mundo tiene derecho a poseer un lobby que defienda su poltrona, o no?

En este aspecto, tampoco hemos avanzado tanto desde las cruzadas. Cada uno coge su bandera y a pillar todo lo que se pueda a costa de los demás.

Con los políticos, mira, pase, porque en la mayoría de casos los que engrosan listas tan solo han de apretar un botoncito de vez en cuando según las directrices de su líder absoluto y punto. A la hora de la verdad, que más da...

En otros temas (como subvenciones a investigación) ya me parece más fuerte. Ni méritos ni nada, porque si.

Una pena que el segmento arbitrario de la población al cual pertenezco aún no tenga ningun lobby ;( ¿Para cuando los derechos de los que calzamos un 44?

Anónimo dijo...

Yo calzaba un 44 pero un día decidí que me gustaban más los zapatos del 43 (como el autobús que cambia de ruta según toque).

Ahora camino con pasos mas cortos y con un humor de perros. Pero he encontrado muchísimas ventajas en mi particular lucha contra las cucarachas.

En cuanto el tema de la paridad, que es el que nos toca, todo el mundo que me conoce sabe que en mi casa siempre la hemos mantenido.

Unknown dijo...

Parece que redhan ha comenzado "la revolución de los que calzan un 44". Me parece bien, la verdad. Todos debemos luchar por aquello en lo que creemos.

Debo decir, eso si que en estos momentos llevo un 43 en mi pie izquierdo y un 44 en el derecho. No miento. ¡Eso sí que es paridad!

Unknown dijo...

testimonio, un par de conceptos relacionados con la física:

+ a más superficie, mayor probabilidad de pisar cucarachas

+ a más superficie, e igual fuerza, menor presión en cada punto y por lo tanto, mayor probabilidad de que escapen

Usted sabrá.

Anónimo dijo...

Coincido con usted en ambas dos proposiciones y fíjese usted bien en que mi apuesta por los zapatos del 43 sigo en la línea que ha planteado.

La presión en sí no me preocupa debido a que jamás se me ocuriría pisar una cucaracha, vaya usted a saber que tipo de información genética pueden llegar a transmitir aún muertas haciendo que otras cucarachas puedan marcarme como asesino y seguirme hasta mi casa. Se me han puesto los pelos de punta, mire, mire...

Anónimo dijo...

Lo del 44, el 43 y de las cucarachas tambien, me parece muy interesante.

Unknown dijo...

Creo que el tema de las cucarachas es recurrente en este blog. Parece una fobia interesante.

La bipolaridad "43 vs 44" puede ser una buena metáfora de los criterios que se usan para aplicar la paridad.